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Manifiesto de compromiso ante la crisis dentro de la comunidad de Kundalini Yoga y 3HO

Foto del escritor: Mukhia Shanti KaurMukhia Shanti Kaur

Actualizado: 8 oct 2022

Cómo continuar practicando y enseñando Kundalini Yoga después de las acusaciones a Yogi Bhajan

 

Desde el mes de marzo me he expresado abiertamente sobre el tema de las acusaciones a Yogi Bhajan y he dejado clara mi postura al respecto: como decía el Quijote, cuando el río suena es que agua trae Sancho.


Esta crisis, a nivel personal, me ha llevado a replantearme de manera muy profunda mi práctica, qué y cómo enseño, mi estilo de vida, dónde está puesta mi devoción y qué significan para mi muchas cosas que hasta antes de este momento había dado por ciertas sin discusión. Han pasado varios meses y el proceso sigue y, supongo, seguirá por un rato más. No son temas menores, y la sincronía con esta otra crisis más global, la vida durante la pandemia, profundiza la búsqueda de nuevas respuestas y la apertura a nuevas formas de pensar, sentir y hacer.



Escribo este artículo porque muchas personas, sobre todo mujeres, que son maestras o estudiantes de formación de maestros de Kundalini Yoga me escriben diciéndome que están aún conmocionadas por la situación y que no saben cómo pararse frente a la misma y cómo continuar, si es que eso es viable. Me preguntan cómo estoy haciendo yo para seguir. Esta es una humilde respuesta, un compartir de mi proceso, querida hermanas, aún inconcluso, pero que comparto con amor esperando ser de alguna utilidad para ustedes.


Creo que las respuestas a estas cuestiones son muy profundas y nos tocan como mujeres y como seres humanos en muchísimos niveles y que debemos sincerarnos con nosotras y abrirnos a la posibilidad de que de nuestro ser broten todo tipo de respuestas. A veces una disciplina como Kundalini Yoga puede convertirse en un bote salvavidas, y obviamente nos dará miedo ponerlo en duda, pero creo sinceramente que esta crisis es una increíble oportunidad para atrevernos a saltar al océano y aprender a confiar en que somos parte y que dentro de nosotras están todas las respuestas, todos los caminos, todas las certezas.


 

He conversado a lo largo de estos meses con muchísimas maestras y maestros y estudiantes de México, España, Argentina, Colombia, Ecuador, Chile, Brasil, Estados Unidos. He seguido atentamente los comunicados, he participado en múltiples foros y he escuchado muchas voces, desde las voces de personas que con frustración y rabia arrancan su turbante y lo tiran al piso profiriendo maldiciones hasta las de personas que están haciendo de cuenta que nada está pasando, nada está cambiando y nada de lo que se dice es cierto sino que todo forma parte de un complot para lograr objetivos de poder y económicos de ciertas personas.


Ninguna de las dos posturas extremas es posible para mi entendimiento.

La primera porque Kundalini Yoga es fuente de infinidad de beneficios en mi vida y es una de las maneras que tengo de aportar a mi comunidad, compartiendo esta tecnología que tanto, pero tanto, me ha impulsado y transformado.

La segunda porque me parece sencillamente irresponsable y carente de empatía, en falta de concordancia con los tiempos que corren.


No creo que se pueda mantener la ingenuidad en este tema. Yogi Bhajan vivió y enseñó hace varias décadas, era un hombre de su tiempo, de su época. Una época en la cual aún no existían el tipo de conversaciones que tenemos hoy sobre ciertos tópicos. Sin ir más lejos hoy el #8M #yositecreo #metoo son movimientos masivos a nivel mundial que tienen menos de una década.

Además, nació en un país cuya cultura está atravesada por el machismo y la homofobia como pocos. El fallo que despenaliza la homosexualidad en India es de ¡2018! Sería en verdad muy naive pensar que en una cultura con tanto arraigo en un sistema de organización vertical, disminución del papel de la mujer (India es el país del mundo más peligroso para ser mujer, más aún que las naciones que están en guerra) y criminalización de cualquier conducta que no sea hetero normativa pudo nacer hace más de 80 años un hombre sin ninguna traza de estos patones de pensamiento y conducta.

No es este el espacio para profundizar en este tema, pero es sabido para muchas de nosotras que Yogi Bhajan creía que la homosexualidad era algo desviado de la esencia de alguien y que debía, o al menos podía, cambiarse; y circulan muchas historias acerca de su trato a personas de la comunidad en esos tiempos que eran homosexuales. En fin, que con todo esto lo único que quiero decir es que no seamos ingenuos pensando que es imposible que tales situaciones de abuso pudieron haber ocurrido.


 

Si has leído hasta aquí y aún no sabes de qué va la controversia y la crisis, o sí sabes pero no has leído las conclusiones de la investigación realizada aquí te la comparto. Busca en los botones de la página para leer la traducción al español de la carta introductoria o del reporte completo.


 

Reitero mi postura en este tema:

Mi experiencia en Kundalini Yoga es eso: mi experiencia.

Empecé a usar turbante, vestir de blanco y hacer cuarentenas de meditación mucho antes de saber quién era Yogi Bhajan, antes incluso de ser instructora. Mi realización de la sabiduría de esa tecnología me llevó allí.

Y por eso seguiré en este camino, porque es verdadero, porque funciona, para mi y para miles, porque me lleva a la realización interior de Dios en mi, porque me da alegría y paz, porque puedo servir a otras personas e inspirarlas a lo que de verdad creo que esto se trata: que cada una de nosotras realicemos nuestro más alto potencial y nos volvamos nuestras propias Maestras y confiemos en nuestra sabiduría interior.

Mi único Maestro es el Shabad Guru, mi cabeza sólo se postra ante el Guru como vehículo para experimentar a Dios y mi corazón está comprometido con el más alto bien para toda la humanidad.




 

El título de este artículo corresponde al de una carta abierta que varixs maestrxs de México redactamos para recoger toda la experiencia de estos últimos meses en una especie de brújula hacia el futuro, que integre la situación y nos permita posicionarnos y seguir con lo que consideremos pertinente.

Copio el texto y más abajo dejo el link para quien desee conocer el original y firmarlo. Ese manifiesto le pertenece a cualquier que persona que esté de acuerdo con él y quiera hacer suyos esos compromisos. Siéntanse con la libertad de compartirla cómo y dónde quieran.

 

A toda la comunidad:


Extendemos esta carta como una postura y un pronunciamiento frente a las situaciones de abuso que varias mujeres, hombres, niños y adolescentes sufrieron a manos de Yogi Bhajan, desde los inicios de la organización 3HO en los años ‘60, hasta su muerte en 2004. A lo largo de las décadas, numerosas personas alzaron su voz para denunciar lo que habían sufrido. Todas fueron acalladas, silenciadas e ignoradas por la comunidad en su voluntad colectiva de mantener intacta nuestra creencia en la rectitud de nuestro maestro y la pureza de sus enseñanzas. Finalmente, todo cambió a inicios de este 2020, cuando Pamela Dyson (antes conocida como Premka Kaur) publicó un libro con sus memorias de la intimidad que compartió con Yogi Bhajan. Finalmente, la presa que contenía las aguas se rompió y estas se desbordaron. Muchas otras personas hallaron por fin el contexto apropiado para hacer público el tormento al que habían sido sometidas, ya sea por Yogi Bhajan directamente, o por el sistema de práctica, vida y control al que él dio origen. Las instituciones Siri Singh Sahib Corporation, 3HO, KRI y Sikh Dharma International respondieron a esta situación solicitando una investigación profesional realizada por personas externas a la comunidad y cuyo informe fue publicado recientemente (https://epsweb.org/aob-report-into-allegations-of-misconduct/). Después de escuchar cientos de testimonios, se confirmó lo que por tanto tiempo había permanecido oculto a la vista de todos: violaciones, violencia sexual, acoso, abuso de menores, mentira e hipocresía disfrazados de moral, y un control sistemático y perverso de la vida íntima de los miembros de la comunidad, implementado a través de ellos mismos.


Quienes compartimos y firmamos este texto somos personas que hemos formado parte de las comunidades 3HO, Kundalini Yoga o Sikh Dharma, y que ahora escuchamos las historias de quienes sufrieron, elegimos creerles y nos permitimos conmovernos con ellas. También reconocemos que somos cómplices y corresponsables, en mayor o menor medida, por haber colaborado con el sistema de silencio y control. Compartir estas palabras forma parte del acto de asumir nuestra responsabilidad, externar el dolor y el daño que esto nos ocasiona, y caminar hacia una situación de mayor equilibrio y respeto.


Reconocemos y lamentamos profundamente cada acto de abuso, que se vuelve aún más odioso porque fue perpetrado en nombre de la elevación de la conciencia y bajo una apariencia de virtud. Nos referimos por supuesto a todas las mujeres y algunos hombres, a los adolescentes y niños que sufrieron a manos de Yogi Bhajan directamente, pero nos nos limitamos a ellas. Incluimos también todos los casos, mucho más numerosos, que se multiplicaron a partir de su ejemplo. Sentimos y lamentamos el abuso, la discriminación, vejación o violencia que tantísimas personas padecieron por parte de la comunidad global de 3HO, Kundalini Yoga y Sikh Dharma. No nos referimos aquí a un dolor abstracto y lejano, sino a la suma de vivencias tóxicas y momentos dolorosos, grandes o pequeños, que han sucedido en nuestras casas y ashrams, centros de yoga, escuelas de formación, oficinas, empresas y gurdwaras.


Muchos hemos tenido experiencias profundas y transformadoras a través de la técnica de Kundalini Yoga o de nuestra búsqueda espiritual engarzada a las enseñanzas de los Gurús Sikhs. Ese no es el punto. Declarar que las enseñanzas de Yogi Bhajan funcionan y eso es lo único importante, sencillamente no es una opción válida en este momento de revelación. No podemos usar los beneficios recibidos de la práctica para pasar por alto cada maltrato que alguien experimentó por el hecho de ser mujer, por no encajar en la norma heterosexual, por no ser lo suficientemente blanco, o en general por hallarse en una situación de debilidad frente al sistema de poder en que también se convirtió nuestra escuela espiritual. Resulta especialmente importante no cerrar los ojos al daño sufrido ni esconder la mirada detrás de la efectividad de nuestra práctica, porque somos todos

nosotros –los practicantes–, quienes propiciamos ese daño a través de nuestra fe inquebrantable en el sistema. El primer paso para sanar es, sin duda, reconocer la lesión. En este momento, solo nos resta postrarnos humildemente ante todos los que padecieron abuso y honrar su sufrimiento que, de ahora en adelante, forma parte de nuestra historia.


El siguiente paso hacia la sanación debe ser dejar de infligir el daño. Si queremos seguir compartiendo el yoga de kriyas y mantras o las enseñanzas del camino Sikh, es necesario hacer un hábito duradero de la auto indagación sincera, y utilizarlo de manera innovadora para modificar nuestro comportamiento colectivo. Al compartir este comunicado nos comprometemos a partir de este momento y en lo sucesivo, a:


1. Hacer todo lo posible para que nuestra práctica y búsqueda espiritual estén libres de abuso y violencia, y nunca más callar cuando estos sucedan en nuestro entorno.

2. Ser transparentes y responsables en nuestro ejercicio del poder en nuestros roles de instructores, capacitadores, compañeros de clase o miembros de comunidad.

3. Buscar con tesón lo inclusivo y horizontal en nuestros espacios y proyectos.

4. Cambiar la fe ciega por el pensamiento crítico y la honestidad con nosotros mismos.

5. Atrevernos a explorar nuevas formas de enseñar, aprender y desaprender; de decidir,

construir y deconstruir; que sean abiertas y respetuosas de la diversidad en todas sus formas.

6. Reinventar la manera como nos agrupamos en torno al yoga para reconocernos

auténticamente en el otro, ya no como una frase vacía.

7. Crear un hábito de la práctica de dar espacio a las voces de las personas que se sienten

abusadas en cualquier forma y eliminar de nuestras relaciones el silencio y la búsqueda de una supuesta neutralidad espiritual, que no es sino el encubrimiento del opresor o abusador y el apoyo a la perpetuación del sistema opresivo.

8. Mantenernos en el continuo ejercicio de revisarnos y estar abiertos y flexibles a los momentos, situaciones y épocas, entendiendo que ni este manifiesto ni nada en nuestra práctica o enseñanza son algo escrito en piedra para siempre, sino que se mantienen en constante movimiento en consonancia con los cambios de la sociedad, la cultura y la época, y que es nuestra responsabilidad construir espacios abiertos y seguros en todo momento y por lo tanto este trabajo estará siempre en flujo y construcción.


La vida nos ofrece la oportunidad de participar conscientemente en un proceso colectivo de transformación, que no tiene principio ni final y que, si bien trasciende nuestra envoltura mortal, nos atañe en lo individual y en el momento presente. Extendemos esta invitación a todos los que quieran colaborar para construir, desde nuestro espacio como practicantes de yoga o sikhs, un mundo más equilibrado, pacífico y tolerante.


Lean este texto, hagan suya su intención y compártanlo con sus maestras, alumnas, compañeras y todas las demás personas para quienes pueda ser relevante. Añadan su firma a la lista de quienes asumimos como nuestros los compromisos puntuales con el cambio y la no violencia. Aportemos nuestro grano de arena y no permitamos que el sufrimiento del pasado y la lección del presente sean en vano. Encaucemos las aguas del cambio hacia un futuro de mayor conciencia para todas y todos.

Sat Nam.


23 de agosto de 2020

 

Entra aquí al formato original, firma, comparte, comenta con tus colegas en tu comunidad y país. ES IMPORTANTE HABLAR DE ESTO, es importante ver las cosas sin miedo y de frente y establecer una postura personal y con criterio propio.

Que tu corazón siempre esté en paz, te quiero mucho, Mukhia Shanti.




 
 
 

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