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Convertir cualquier olla en una olla de vapor
Uso esta vaporera portátil desde que soy nómada. Las verduras cocidas al vapor son la base de mi alimentación y estilo de cocina, con ellas puedo hacer TODO: guisados, sopas, cremas, dips, pasteles, lo que sea. En la mayoría de los lugares no hay ollas de vapor, son caras y pesadas. Con esta flor convierto cualquier olla en una de vapor y mantengo mi buena alimentación donde sea.
Farmacia preventiva natural portátil
Las especias y semillas recién molidas son otro básico de la buena salud en la cocina. Este morterito de porcelana me acompaña hace años. Lo uso para moler al momento de usar pimienta, cardamomo, anís, comino, semillas de cilantro, de girasol, calabaza y mucho más. No pesa nada, cabe en cualquier hueco, me lo llevo a todos lados.
Buen descanso asegurado donde sea
La oscuridad total en la noche es básica para poder descansar, en caso de no tenerla la glándula hipófisis continúa siendo estimulada, ya que es fotosensible. Hay un montón de antifaces en el mercado, pero lo ideal es usar uno como este, que sea de algodón para que la piel pueda seguir respirando. Hace décadas que duermo con un antifaz para asegurarme de hacerlo profundamente y que todos mis sistemas puedan repararse en el buen descanso.
Un “por si acaso” básico
Desde hace muchos años empecé a viajar llevando siempre conmigo tapones para los oídos. Si estoy en un transporte, si alguien ronca, si hacen fiesta cerca… No me gusta sacrificar mi descanso a causa de cosas que no dependen de mi, así que prevengo. He probado varios tapones pero hace años que uso estos, en mi opinión son los mejores y más cómodos. Siempre en mi mesa de noche, siempre en mi bolso de viaje, por si acaso.
Sin popote, por favor
Cuando dejé mi casa compré un kit de cubiertos y popote, que además tiene cepillo limpiador para la bombilla del mate. Podría haberlo armado con una bolsita y cosas de la casa, pero me deshice de todas mis cosas y lo olvidé. Puedes hacerte un kit casero, lo importante es no andar de paseo o viaje sin él. Siempre se presenta algo que tomar o comer en medio del camino. Estos kits ocupan poco espacio y evitan mucha basura, siempre lo llevo en mi bolsa. Prefiero de metal que de bambú, por la durabilidad e higiene del material pero, insisto, lo mejor con esto es hacer tu propio kit con lo que ya tienes en casa. Lo más ecológico de todo es, siempre, lo que ya existe en tu vida.
Para llevar sin hacer basura
Mis envoltorios de cera de abeja me han durado, al momento, cuatro años. Son una maravilla, los amo con locura. Tengo exactamente esos. Los enrollo y hago bien pequeños, no pesan nada y los llevo a todos lados. Me han evitado producir muchísima basura cuando compro algo hecho de comer. También sirven de tapa para otros envases, son una joya. Indispensables.
Caldo fácil y colador: 2 en 1
Hay muchas bolsitas reutilizables para la cocina, pero mis favoritas, las que uso y llevo a todos lados son estas: 100% algodón en estos tamaños. Una la tengo siempre en el congelador y ahí voy metiendo algunos “desperdicios”: la hoja del apio, la cáscara de la cebolla, el coquito de la zanahoria, el tallo del perejil… esas cosas que se van normalmente a la basura, pero son en realidad comida. Cuando la bolsa está llena, la meto en agua (sí, con todo y bolsa, por eso de algodón) en una olla, hiervo un rato y ¡listo! Casi sin esfuerzo tengo un caldo buenísimo para usar de base en todas mis sopas o tomar así solito aderezando un poco. Las utilizo también para colar las leches vegetales que hago en casa o algunas veces cuando me hago jugos de verduras. Y, si me falta algo mejor, también para almacenar las verduras en el refri. Son geniales, baratas, multiusos, se enjuagan y vuelven a usarse y tienen muchas ventajas para la cocina sana.
Si te gusta el té tanto como a mi…
Mi amigo Alejandro me regaló hace años mi primer termo Contigo. Es todo lo que puedo desear de un termo: conserva bien el calor, no se derrama líquido haga lo que haga (y siempre hago mucho, andar de arriba para abajo, caminando, bailando o en bicicleta, es lo mío), dura un montón y se limpia fácil. El que uso para el té es el termo con el filtro que se calza dentro, que es súper práctico porque tiene tapa y lo puedo guardar dentro de mi bolsa o mochila también, sin ensuciar ni preocuparme. Lo adoro y es el termo que recomiendo a cualquier persona que ame el té.
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